La sofisticación de cámaras y objetivos ayuda a conseguir fotografías nítidas y con exposición correcta. Sin embargo, muy pocas de estas imágenes, tecnicamente aceptables, satisfacen la exigencia creativa de los buenos fotógrafos. La belleza de una fotografía está en el ojo del que la mira, pero casi todos aceptamos ciertos criterios estéticos universales. Fondos poco equilibrados, elementos parcialmente borrosos en primer término o pequeños objetos en el centro de un abrumador espacio vacío no son precisamente los ingredientes necesarios para hacer una fotografía.
La composición es fundamental en una imagen de calidad, por lo que merece una consideración seria y detenida. Aunque hay que evitar la rigidez de las normas, es esencial una composición bien estudiada para obtener buenos resultados; en cambio una mala composicion desmerece nuestro trabajo. Hoy en día las cámras casi "toman" las imagenes por nosotros, pero aún es el fotografo quien tiene que buscar y organizar los elementos visuales que conducen a una imagen equilibrada.
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